A la hora de comunicar malas noticias, es necesario tener en cuenta muchos factores y preparar la comunicación de forma que facilite la asimilación de lo ocurrido de la mejor forma posible. Para ello es interesante destacar el protocolo SPIKES: Protocolo de seis pasos para dar malas noticias (Baile y Buckman et al (2000). El objetivo de este protocolo es proveer información realista con el menor daño posible , facilitando el proceso de adaptación a la nueva situación
planteada. Se compone de los siguientes pasos:
Paso 1: Preparación de la entrevista.
Facilitar la privacidad, sin interrupciones
Dar la información negativa con el apoyo familiar
Posición sentados
Conectar con el paciente: visualmente, tocando al enfermo…
Evitar interrupciones durante el proceso de información
Paso 2: Averiguar que sabe el paciente.
¿Qué información le han facilitado hasta ahora de lo que ha ocurrido, de su enfermedad, de la enfermedad de su hijo….?
¿Qué piensa usted de lo que pasa?
¿Ha pensado que lo que le pasa puede ser algo serio?.....
Paso 3: Qué quiere saber la persona.
Dar información al ritmo que va marcando la persona : ¿Qué le gustaría saber de lo que ha pasado, de su enfermedad….? ¿le gustaría conocer todos los detalles…?
Paso 4: Compartir la información.
Avisar que se va a dar una mala noticia puede amortiguar el golpe: “siento tener que comunicarle”, “desafortunadamente tengo que informar de cosas que no van bien….”
Usar un vocabulario adaptado al nivel de comprensión de la persona.
Evitar tecnicismo, un lenguaje dramático.
Dar información en pequeñas dosis y verificar la comprensión del receptor.
Evitar frases como “ya no hay nada mas que hacer….”
Paso 5: Identificar, aceptar y responder a las reacciones emocionales.
Aceptar, entender, legitimar, normalizar, validar el impacto emocional
La persona necesita sentirse escuchada y entendida
No cortar la reacción y decir cómo tiene que reaccionar
Manejar los tiempos de silencio
“comprendo cómo debe sentirse, cualquiera en su lugar reaccionaría así, no se preocupe por llorar, es normal…”
“Es lógico que se sienta mal al principio, necesita un tiempo para recuperarse…”
Paso 6: Resumen y planificación del seguimiento.
Cerrar la entrevista y planificar un seguimiento
Repasar la información más relevante
Establecer un plan de acción para el futuro
“Nosotros estamos aquí para tratar los problemas según vayan surgiendo….lo cual implica que estaremos a su disposición para lo que necesite”
Incorporar otras fuentes de apoyo y recursos del medio familiar
Cuando se trata de comunicar malas noticias a menores, y en particular cuando se tiene que informar a niños del fallecimiento de seres queridos es importante tener en cuenta que:
Nunca ocultar la muerte para evitar sufrimiento
Adaptar a la edad del niño
Edad preescolar:
Muerte como hecho temporal, reversible
Creen que sólo mueren los malos (películas): Pueden reaccionar con terror cuando experimentan que también mueren los buenos.
A nivel general se recomienda:
La información debe ser proporcionada por un allegado (el psicólogo/a podrá tratar problemas y preguntas que surjan a posteriori).
No usar mentiras.
Si no se sabe explicar algo, confesarlo
No usar eufemismos (es un ángel, se ha marchado, ESTÁ EN EL CIELO….). El niño/a puede querer seguir al ser querido.
No dar falsas esperanzas del regreso del fallecido
No relacionar la muerte con el sueño (“está durmiendo”…)
Expresar las emociones (pena) delante del menor
Ante la perdida se consideran reacciones esperables o normales de un menor:
Aumento de la dependencia
Desapego emocional
Tristeza
Negación de la muerte
Ira
Problemas de sueño: insomnio, pesadillas, negarse a dormir solos….
Sin embargo, no se consideran reacciones normales de un menor:
Pérdida de interés por actividades durante un período prolongado
Insomnio prolongado
Pérdida importante de apetito
Miedo de separación
Regresión a conductas propias de otra edad más temprana
Imitar conductas del fallecido
Expresar deseos de irse con el fallecido, de forma reiterada
Aislamiento, disminución interacciones con grupos de iguales
Problemas escolares prolongados
En relación con el fallecimiento de un ser querido, no se debe obligar al niño a que acuda al velatorio o entierro, pero tampoco prohibírsele. Es importante realizar con él algún tipo de ceremonia (visitar iglesia, tumba, poner flores…). Se debe informar a la escuela de lo ocurrido para que fomenten la adaptación del menor a la situación. En la vivienda es importante dejar algunas fotografías del fallecido para que el niño/a no sienta una separación total y pueda
recordar a su familiar. Sin embargo, se debe evitar dejar objetos y pertenencias del fallecido como si estuviese a punto de regresar.
Comments