Marta Cordero psicóloga
28 de may de 20192 min.
Actualizado: 22 de dic de 2020
En este grupo de trastornos se incluyen aquellas infecciones somáticas cuyo origen se relaciona con una expresión emocional. Los trastornos psicosomáticos suelen agruparse en función del sistema alterado. De esta manera, encontramos alteraciones de la piel, el sistema respiratorio, el sistema digestivo...
Vómitos: Muy frecuentes en recién nacidos y bebés. Tienden a disminuir en el segundo año, pero en algunos casos se mantiene la facilidad para vomitar, generalmente asociándose a situaciones de ansiedad (por ejemplo antes de ir a la escuela).
Cólicos del lactante o idiopáticos: episodios de lloros y chillidos en bebés de 3-6 meses que aparecen justo después de la comida. Se asocia a problemas en la expulsión de gases lo que genera una situación dolorosa en tórax o abdomen.
Mericismo (rumiación): Regurgitación de los alimentos no digeridos o parcialmente digeridos de manera repetida y voluntaria, los mastican de nuevo y luego los vuelven a deglutir o los escupen.
Espasmo del sollozo: Episodios en los que el niño no es capaz de romper a llorar, lo que produce una menor cantidad de oxígeno ingerido (hipoxia), lo que puede llevar a que el niño acabe perdiendo el conocimiento, momento en el que el niño vuelve a respirar con normalidad. Suele aparecer entre los 6 y los 18 meses, en situaciones de frustración o tras un castigo o regañina, produciendo una gran ansiedad en los padres.
Eccema: es típico del segundo semestre y puede aparecer en muchas zonas del cuerpo.
Alopecias: muy llamativa si afecta a todos los tipos de pelo (cabello, pestañas...).
Cefaleas tensionales: Es un dolor opresivo y tirante, de ligera a moderada intensidad, de localización bilateral en la zona frontal u occipital. Se trata de un dolor constante en su presión sobre la cabeza.
Migrañas: se asocian a alteraciones vasculares, vasoconstricción y casodilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza que pueden producir palpitaciones en las sienes. Suele acompañarse de fotofobia (molestia por una luz intensa) y sonofobia (molestia por ruidos intensos). En algunos casos también se presenta nauseas y vómitos.